Ponente
Descripción
Este trabajo analiza las políticas agresivas implementadas por los gobiernos de Estados Unidos hacia la Revolución Cubana desde 1959, evaluando sus impactos económicos, sociales y políticos en la isla, así como las estrategias de resistencia desarrolladas por Cuba. El embargo total impuesto en 1962, reforzado por leyes como Torricelli (1992) y Helms-Burton (1996), buscó aislar económicamente al país, limitando su acceso a mercados internacionales y afectando sectores clave como salud, educación e industria, lo que generó escasez y dificultades para el desarrollo económico. Socialmente, las tensiones derivadas de la financiación de grupos opositores y los intentos de desestabilización contrastaron con la cohesión y solidaridad del pueblo cubano, que adaptó creativamente su vida cotidiana. Políticamente, el bloqueo impulsó a Cuba a fortalecer alianzas con países como Venezuela, China y Rusia, y a defender su soberanía mediante una postura de resistencia en organismos internacionales, pese al aislamiento promovido por EE.UU. Entre las estrategias cubanas destacan la diversificación de socios comerciales, el fomento de la producción nacional, el turismo, la inversión extranjera y programas sociales que mejoraron la calidad de vida. El documento reflexiona sobre las implicaciones de estas políticas en las relaciones internacionales, criticadas por violar derechos humanos y el derecho internacional, y subraya la capacidad de Cuba para mantener su proyecto revolucionario frente a las adversidades, aunque persisten tensiones que dificultan la normalización bilateral.