Ponente
Descripción
La visión crítica del periodismo sobre la administración pública en Cuba se desarrolla en un contexto político, económico y social, caracterizado por un sistema centralizado y controlado por el Partido Comunista de Cuba (PCC). Esta dinámica no solo limita la libertad de prensa, sino que pone al comunicador o periodista en una posición antagónica ante el sistema que financia el conjunto de medios de comunicación en el país, en lo que respecta a su transparencia, eficiencia y rendición de cuentas.
Uno de los problemas que enfrenta la administración pública en Cuba es la falta de descentralización. Hoy día, las decisiones se toman en gran medida a nivel central, lo que limita la capacidad de las autoridades locales para abordar las necesidades específicas de sus comunidades. Esto provoca la desconexión entre los funcionarios públicos y la población que demanda soluciones efectivas de problemas locales y que no necesariamente dependen de importaciones ni mano de obra cara, sino de organización.
Cuba, más que nunca necesita menos burocracia en los procesos vitales. Burocracia que tiende, cada minuto, a ser pesada y poco flexible en medio de tantas limitaciones, que obstaculiza la implementación de políticas efectivas y propicia un ambiente tenso de corrupción desde la administración pública.
Aunque el gobierno cubano ha declarado en múltiples ocasiones su compromiso con la lucha contra este fenómeno, existen denuncias de prácticas corruptas que afectan tanto a funcionarios como a instituciones. La falta de mecanismos efectivos de supervisión y de rendición de cuentas contribuye a un entorno donde la corrupción puede prosperar. Esto genera desconfianza en la población hacia las instituciones gubernamentales y socava la legitimidad del estado.
Sin embargo, otras razones tales como la crisis económica que enfrenta Cuba después de 2020 y la disminución de la calidad de los servicios públicos como la salud, la educación y el transporte han motivado a la población a expresar sus opiniones y participar de las decisiones mediante los canales formales. A pesar de ello, muchos cubanos sienten que sus voces no son escuchadas y mucho menos consideradas. La falta de un sistema democrático pluralista restringe el debate público y limita a los ciudadanos para influir en las políticas que afectan sus vidas.
Solo en la medida que el país busque adaptarse a un entorno cambiante, implementando reformas efectivas que promuevan la transparencia, la eficacia y una mayor inclusión social, desde un enfoque más abierto y participativo, podrá cumplir con su función esencial. La centralización del poder, la corrupción, la crisis económica y la falta de participación ciudadana ni hoy, ni mañana, ni nunca son estrategias de gobierno para servir al pueblo cubano y mejorar su calidad de vida.