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Descripción
Resumen
El periodo histórico comprendido desde la instauración de la República en 1902 hasta el triunfo de la Revolución Cubana en 1959 significó la frustración de los ideales de independencia y soberanía del pueblo cubano y la consolidación del dominio estadounidense sobre Cuba. Sin embargo, el inicio de la década del 1930 instauró un periodo de crisis, cuyas repercusiones tuvieron un profundo impacto en la historia del siglo XX. El escenario internacional estuvo marcado por la dominación imperialista, la crisis de 1929, las luchas populares y la reconfiguración del orden mundial. Mientras, la situación a lo interno de Cuba se caracterizó por la inestabilidad política y socioeconómica. En este contexto, el establecimiento del Gobierno de los Cien Días condicionó una ruptura con respecto a anteriores gobiernos en todos los sentidos. En este artículo se analizará la ruptura en el área de la política exterior. La participación de la delegación cubana en la VII Conferencia Internacional Americana en Montevideo (1933) fue un ejemplo práctico de los principios rectores de la política exterior de este gobierno. En sus diferentes declaraciones, los delegados cubanos condenaron la injerencia del gobierno de Estados Unidos, apoyaron el Convenio Pacifista promovido por Argentina y aclararon su postura referente al reconocimiento de estados y gobiernos. Por primera vez en la historia de la República, la política exterior era autónoma y antinjerencista.