Ponente
Descripción
La migración internacional cubana constituye un fenómeno histórico y complejo. Desde el prisma demográfico, su estudio no solo revela cifras, sino que desentraña retos estructurales para el desarrollo sostenible de la nación. La emigración, especialmente de jóvenes y profesionales, acelera el envejecimiento demográfico y reduce la fuerza laboral activa, agudizando desafíos como la baja fecundidad y la sostenibilidad económica. La diáspora cubana, históricamente vinculada a contextos políticos y socioeconómicos, hoy se diversifica en perfiles y motivaciones (económicas, reunificación familiar, acceso a oportunidades). La migración temporal y circular emerge como estrategia familiar, aunque persisten barreras burocráticas y geopolíticas. Urge integrar políticas migratorias con estrategias de desarrollo socioeconómico, priorizando la retención de talento joven y el incentivo al retorno mediante oportunidades concretas. Es esencial desmitificar la migración y reconocerla como un derecho, fomentando diálogos con las personas emigradas que trasciendan lo económico. La investigación demográfica debe guiar la toma de decisiones: monitorear no solo los flujos, sino el impacto en territorios, sectores clave (salud, educación) y la cohesión intergeneracional. En un contexto de envejecimiento poblacional y transformaciones globales, Cuba enfrenta el reto de conciliar soberanía, justicia social y derechos individuales. La migración no es un problema a resolver, sino una realidad a gestionar con mirada integral, ética y científica.