Ponente
Descripción
Entre el primer impreso aparecido en la Isla en 1722 y hasta el fin de la dominación española en 1898 transcurrieron más de 170 años caracterizados, grosso modo, por la consolidación del cubano como pueblo con fisonomía propia, por tres guerras, con sus conocidas consecuencias, en busca de la independencia, conseguida, pero finalmente frustrada, y por los inicios y posterior afianzamiento de una literatura nacional como expresión soberana.
Desde aquellas lejanas primeras muestras de impresión donde primaron, además de hojas o pliegos religiosos, los de carácter militar, económico y político, hasta el primer libro de valor literario per se impreso en Cuba transcurrieron casi cien años. Entre aquellas y este hubo muestras literarias — «retazos de literatura», frase feliz en tanto refleja la precariedad del momento, atribuida, al parecer, a Don Luis de las Casas— emergidas en publicaciones periódicas como Papel Periódico de la Havana (1790-1805) y en otras posteriores.
El siglo XIX cierra con más de un centenar de imprentas, algunas con los más novedosos adelantos tecnológicos, más otros negocios afines, todos dispersos por la geografía insular, aunque La Habana tuvo la supremacía. Se demuestra así la consolidación de una verdadera red editorial en torno a la cual se desarrolló un complejo tejido cuya dinámica contribuyó a perfilar la vida cultural de Cuba durante la colonia en sus avances, pero también en sus posibles retrocesos, no pocos provenientes de la opresión impuesta por el régimen colonial.
La ponencia presentada recorre el camino transitado por las principales imprentas y editores, con el propósito de ofrecer una visión panorámica de su comportamiento en torno al proceso cultural insular en un siglo que, como el XIX, estuvo caracterizado por fuertes contradicciones entre españoles y cubanos.
