Ponente
Descripción
La Doctrina Monroe establecía los límites de la intrusión europea en América a cambio de lo cual Estados Unidos se abstendría de intervenir en los asuntos de Europa; años más tarde, mediante el conocido corolario Roosevelt, se abrogó el derecho de intervenir en los países latinoamericanos y caribeños. Dos siglos después no hay dudas de que para Estados Unidos no sólo las Américas, sino el mundo, incluida Europa, es su periferia. La competencia convierte a socios y aliados en adversarios que deben ser contenidos.
Las formas de intervención para desplazar a los competidores se diversifican y adquieren formas más sofisticadas acordes con el desarrollo tecnológico y la capacidad de influencia que le confiere su poder relacional acumulado. Las sanciones como instrumento de la política exterior complementan/refuerzan/sustituyen según sea el caso a las intervenciones militares. El mundo cambió, pero el monroísmo que nunca ha dejado de sustentar la política estadounidense se resiste a aceptarlo.