Ponente
Descripción
Desde sus orígenes los Estados Unidos han buscado preservar al continente americano y al Caribe como territorios ajenos a la intervención de potencias extracontinentales. Posición que tiene que ver con sus intereses territoriales y económicos y con la concepción, según la cual, La Revolución Americana es una suerte de mito fundacional cuyo contenido esencial es la consagración de la libertad y de la democracia en el continente. Durante dos siglos han desarrollado intervenciones de muy diverso tipo en muchos países de Nuestra América, y, en todos los casos invocan como justificación de las mismas la defensa de la libertad y de la democracia. La Doctrina Monroe fue complementado con el corolario Roosevelt, y, según las condiciones, han aplicado la política del “garrote” o del “buen vecino” para hacer más eficaz su política intervencionista. En esta ponencia, exploro la combinación de políticas duras y suaves en las relaciones con los países de Nuestra América, y sostengo que, con múltiples metamorfosis, los Estados Unidos siguen recurriendo al monroísmo, en sus tentativas por recuperar el control sobre América Latina en medio de la creciente erosión de su hegemonía en el variable e incierto contexto internacional. La tesis de Obama, del entierro de la Doctrina Monroe está lejos de ser una realidad.