Ponente
Descripción
Las relaciones de Estados Unidos con Cuba durante todo el siglo XIX estuvieron signadas por la pretensión norteña de apropiarse de la mayor colonia española del Caribe. Estas apetencias tenían una larga data que se remontaba incluso al periodo anterior a la independencia estadounidense. En los primeros sesenta años del siglo XIX, los estados esclavistas del sur intentarían comprar a Cuba en varias ocasiones, teniendo en cuenta que en esta existía también la esclavitud. Luego de la Guerra Civil, el vecino norteño llegaba en poco tiempo a la etapa de desarrollo imperialista y a tenor de la doctrina del expansionismo, en boga en las décadas de 1880 y 1890, el coloso del Norte necesitaba urgentemente obtener posesiones en todos las regiones del globo terráqueo si quería contender con éxito frente a Inglaterra y las nuevas potencias emergentes de Alemania y Japón. Por otro lado, desde el punto de vista económico, los Estados Unidos se fueron convirtiendo en la metropóli económica de Cuba, y parte de la élite económica e intelectual de la isla la vio como el mejor paradigma a seguir, lo que propició el surgimiento de la corriente política del Anexionismo. Incluso dentro del Independentismo, solo los más preclaros líderes pudieron ver los peligros que desde el Norte se cernían para el futuro independiente de Cuba. Al final del siglo XIX, los Estados Unidos lograron lo que tanto habían ansiado: dominar a Cuba, ahora no ya como colonia sino como un país supeditado totalmente a los intereses norteamericanos
