Ponente
Descripción
Es innegable que en cada país o nación existen comunidades no nativas que llegan a alcanzar un nivel tan elevado de integración con las autóctonas, que su presencia se hace realmente imprescindible. En este sentido, el municipio de Regla puede enorgullecerse de haber contado, desde tiempos muy remotos, con la presencia de grupos étnicos que aportaron a su identidad, como pueblo, valores etnoculturales y sociales que hoy lo distinguen.
Regla, otrora Guaicanamar, surge como pueblo en el siglo XVII, debido a la fundación del Santuario a la Virgen que allí se adora y de la que adquiere su nombre, es una pequeña ciudad, formada por Regla y por el poblado de Casablanca, que cuenta hoy con una extensión territorial de 9,2 kilómetros cuadrados y una población superior a los 47 mil habitantes. Su posición geográfica, en la Bahía de La Habana, le permitió un vertiginoso desarrollo marítimo‒portuario que la convirtió en una de las villas más importantes de la capital del país, desde los tiempos memorables del dominio colonial español en Cuba. Entre los diferentes componentes étnicos que, fundamentalmente desde el siglo XVIII, contribuyeron a su desarrollo humano y cultural se encuentran los italianos, como una de las diásporas más reconocida e indispensable.
El objetivo de esta ponencia es precisamente abordar las principales características de la presencia etnocultural de la inmigración italiana en este municipio ultramarino en el periodo comprendido entre 1818 y 1900. Este trabajo de investigación científica se fundamenta de manera dialéctica en subdisciplinas de la antropología cultural como la antropología histórica y la etnología, también se apoya cognoscitivamente en conceptos básicos de la historia cultural que se ha ido desarrollando en los últimos años en la mayor de las Antillas.