Ponente
Descripción
Con el triunfo de la Revolución cubana de 1959, definida en sus inicios como humanista y martiana, inició también un forcejeo ideológico por influir en su futura evolución. La jerarquía religiosa reclamaba el espacio espiritual de la nueva Cuba, mientras la revista Bohemia, bajo la dirección de Miguel Ángel Quevedo, veía reflejados en la nueva Revolución gran parte de los valores que había hecho suyos. Ambas instituciones coincidían, sobre todo, en el rechazo total a una inclinación comunista del gobierno, dado por intereses ideológicos, pero también geopolíticos. Entonces, con el interés de desmarcar el proceso cubano del comunismo, el discurso de Bohemia adhería a la joven Revolución a una moralidad cristiana, supuestamente en pugna irredimible con las acusaciones malintencionadas de alguna prensa internacional y del propio Batista, que aseguraba el carácter comunista del proceso que acababa de derrotarlo. Más allá de eso, encontramos en sus páginas todo un imaginario que construye la historia nacional reciente como el viacrucis por el que el pueblo cubano había transitado hasta llegar a la redención colectiva actual, a través de las representaciones del martirologio de la Revolución, vinculado a las ideas del sacrificio; la Revolución redentora, referente al atributo de salvación; y la fe revolucionaria, que agrupa las nociones vinculadas con la propia fe y la construcción mesiánica. Este imaginario, que sin dudas convivía con otros no religiosos, presenta suficientes elementos y manifestaciones como para cobrar importancia en un análisis de la subjetividad colectiva del periodo.